Nací y me crié en un puerto de mar. Por aquel entonces aún no estaban los puertos vedados al pescador o al paseante, fuera de día o de noche, se podían recorrer los muelles e incluso aceptar la amable invitación de una tripulación y acceder a su barco. Por ello, antes incluso de viajar, ya estaba familiarizado con gentes de todo el mundo. Era tan hermosa aquella prolongación natural de la ciudad por su puerto, que una mezcla de tristeza y rabia me embarga cuando, ahora, contemplo ese mismo puerto amurallado e inaccesible. "Progreso" y "seguridad" lo llaman, yo estimo que es retroceso y pérdida. Todo se convierte tristemente en mercancía. Pero, a lo que iba. Hay fotos sencillas, hechas como "al paso", fotos como esta del noray con su estacha ceñida como si de un collar se tratara, que nos evocan momentos de nuestra propia historia con mayor precisión que cualquier relato. ¡Cuántas veces me habré sentado en un noray como este a contemplar arribar y zarpar a los barcos! Esta foto, para mi bellísima, me ha devuelto de golpe un pedazo enorme de mi infancia, una sonrisa y... casi una lágrima. Un agradecido saludo a su autor o autora.
Nací y me crié en un puerto de mar. Por aquel entonces aún no estaban los puertos vedados al pescador o al paseante, fuera de día o de noche, se podían recorrer los muelles e incluso aceptar la amable invitación de una tripulación y acceder a su barco. Por ello, antes incluso de viajar, ya estaba familiarizado con gentes de todo el mundo. Era tan hermosa aquella prolongación natural de la ciudad por su puerto, que una mezcla de tristeza y rabia me embarga cuando, ahora, contemplo ese mismo puerto amurallado e inaccesible. "Progreso" y "seguridad" lo llaman, yo estimo que es retroceso y pérdida. Todo se convierte tristemente en mercancía.
ResponderBorrarPero, a lo que iba. Hay fotos sencillas, hechas como "al paso", fotos como esta del noray con su estacha ceñida como si de un collar se tratara, que nos evocan momentos de nuestra propia historia con mayor precisión que cualquier relato. ¡Cuántas veces me habré sentado en un noray como este a contemplar arribar y zarpar a los barcos!
Esta foto, para mi bellísima, me ha devuelto de golpe un pedazo enorme de mi infancia, una sonrisa y... casi una lágrima.
Un agradecido saludo a su autor o autora.